Habitualmente se presenta un dolor intenso tipo peso en la zona del esternón y, en ocasiones, se irradia hacia la mandíbula, el cuello, y la espalda, hacia el brazo izquierdo, y a veces, también hacia el brazo derecho
En un infarto de miocardio (más conocido como ‘infarto’) las arterias coronarias se estrechan; en consecuencia, el oxígeno no llega al miocardio; éste, al no recibir oxígeno no puede producir energía para moverse; y por último, mueren las células del tejido que no reciben sangre (el tejido se necrosa).
Se trata de un proceso hoy igual de frecuente en mujeres que en hombres, si bien en las mujeres aumenta el riesgo con la menopausia. “Es la necrosis -o muerte de las células- de un órgano o parte de él por falta de riego sanguíneo, debido a una obstrucción o estenosis (estrechez) de la arteria correspondiente. Comúnmente llamamos infarto al infarto agudo de miocardio (músculo cardiaco) pero le puede ocurrir a cualquier órgano”, afirma el doctor Guillermo Oller del Instituto del Corazón Quirónsalud Teknon, del Centro Médico Teknon, en Barcelona.
Así, destaca que la principal causa del infarto de miocardio es la obstrucción de las arterias coronarias. “Para que el corazón funcione correctamente la sangre debe circular a través de estas arterias. Sin embargo, si estas arterias se estrechan pueden dificultar la circulación”, explica.
Factores que pueden favorecer un infarto
Pero es que, además, en caso de que el corazón se exponga a un sobreesfuerzo, pueden aparecer trastornos y formarse coágulos, que pueden tapar una arteria semiobstruida, lo que interrumpe el suministro de sangre a las fibras del músculo cardiaco.
“Existen diferentes factores que pueden acelerar que las arterias se deterioren y propiciar que se obstruyan, como son el colesterol, la diabetes, la hipertensión o el tabaquismo, el sedentarismo, siendo estos algunos de los factores de riesgo cardiovascular que dañan al corazón y su funcionamiento”, prosigue este especialista.
Principales señales de alerta
En la mayor parte de las ocasiones, según destaca el Dr. Guillermo Oller, no se presentan todos los síntomas, sino una combinación variable de algunos de ellos: “Habitualmente se presenta un dolor tipo peso en la zona del esternón, que no se modifica con los movimientos, ni con la respiración. Éste suele ser bastante intenso y, en ocasiones, se irradia hacia la mandíbula, el cuello, y la espalda, hacia el brazo izquierdo, y en algunos casos, hacia el brazo derecho”.
Estos síntomas, según reconoce el especialista del Instituto del Corazón Quirónsalud Teknon pueden ir acompañados de sudor frío y de mareos. “En otras ocasiones, se manifiesta con dolor en la parte alta del abdomen, o bien con dificultad para respirar, con ganas de vomitar, así como con una posible pérdida de conocimiento”, subraya.
En caso de presentar síntomas sugestivos de infarto se debe contactar con los sistemas de emergencia que activarán el código infarto, según mantiene, esenciales para un tratamiento satisfactorio. “Llama rápidamente al 112 y cuenta los síntomas que tienes o que tiene tu familiar, o la persona que acompañas. Quédate en un sitio cómodo, sentado, o aún mejor tumbado, sin mucho calor ni mucho frío. Refréscale la nuca o la frente. Adminístrale una aspirina si la tienes”, aconseja.
Pero el doctor Oller aconseja que si ya se tiene una enfermedad coronaria conocida y se dispone, por ejemplo, de ‘cafinitrina’, o de un espray de nitroglicerina, se le puede administrar al afectado para ayudar a que ceda el dolor.
La vida después del infarto
Con todo ello, este experto del Instituto del Corazón Quirónsalud Teknon subraya que tras un infarto de miocardio la calidad de vida de la persona dependerá sobre todo de la extensión del infarto, es decir, de la cantidad de músculo cardiaco que se haya dañado.
La recuperación del corazón
La calidad de vida tras un infarto dependerá sobre todo de la cantidad de músculo cardiaco que se haya dañado
En el caso de los infartos de gran tamaño (porque se ha obstruido una arteria principal del corazón, o porque se tardó muchas horas en poder abrir esta arteria y que se restablezca el flujo de sangre) dice que pueden dejar corazones débiles, con desarrollo de insuficiencia cardiaca que, en unas pocas ocasiones, puede llegar a ser tan grave, que el paciente precise un trasplante cardiaco.
“Sin embargo, en la mayor parte de los pacientes, el corazón se recuperará correctamente, y el pronóstico será bueno, siempre y cuando el paciente de por vida tome medicación (aspirina y las estatinas para combatir el depósito progresivo de placas de grasa en sus arterias). Al mismo tiempo debe cuidar los principales factores de riesgo coronario, como son no fumar, la diabetes, el colesterol, la hipertensión, así como mantener una dieta equilibrada, llevar una vida sana, y realizar ejercicio”, concluye el Dr. Guillermo Oller.