El cohete Starship Ship 36 de la empresa SpaceX acabó explotando este miércoles durante una prueba de ignición en masa —conocida como static fire test— en la planta de Starbase, cerca de Brownsville, Texas.
Según SpaceX, se trató de una “anomalía grave” que provocó que la nave se convirtiera en una bola de fuego con detonaciones secundarias. A pesar de la voracidad del fuego, no se registraron heridos, ya que el perímetro de seguridad había sido previamente evacuado.
Este incidente supone un revés para la compañía de Elon Musk, que está realizando pruebas dentro del programa Starship. La explosión ha dañado la infraestructura de la base de pruebas, lo que retrasará futuros ensayos al ser necesaria una reparación.
El fallo en tierra ha sorprendido al ser la primera vez que les ocurren y se está investigando, pues en otras pruebas de SpaceX las explosiones registradas fueron tras despegar la nave. El programa Starship, el más ambicioso de SpaceX, es clave para las misiones lunares del programa Artemis de la NASA (previstas para 2027) y para la colonización de Marte. Cada contratiempo desafía la hoja de ruta del proyecto, aunque la empresa sigue apostando por su filosofía “fail fast, learn fast”.